Se buscan jueces

Rompo la regla autoimpuesta de reservar las entradas de los sábados para las novedades y comparto este texto que me publicaron el año pasado en la Revista de Pensamiento Penal Nº 3, Entramados de Paz y Justicia en los sistemas penales.

SE BUSCAN. Jueces que se mantengan rectos, que apliquen bien el derecho, que actúen justamente, que hablen y escriban con corrección.

Jueces que escuchen atentamente cuando les hablen, que hagan preguntas solo cuando no comprendan y que no pregunten sobre asuntos sobre los que deben preguntar las partes.

Jueces que entiendan que ellos no protagonizan la obra, sino que la juzgan.

Jueces que actúen con prudencia y sin seguir sus egos.

Jueces educados y respetuosos con todos, sin distinciones.

Jueces que no maltraten y que no permitan que los demás maltraten.

Jueces que no se autocompadezcan y que no pasen todo el tiempo hablando de sí mismos y pensando en sí mismos.

Jueces que no sean soberbios ni hipócritas, sino humildes y coherentes.

Jueces lectores de buenos libros.

Jueces que cuando no sepan algo digan: “No lo sé”.

Y que cuando cometan un error digan: “Lo siento”.

Y que cuando se les pida hacer algo turbio digan: “No”.

Jueces que causen buena impresión y que siempre digan la verdad.

Jueces que preferirían perder su trabajo antes que hacer una canallada.

Jueces que gusten a sus colegas, que formen funcionarios y que lideren equipos.

Jueces que motiven a dar lo mejor de cada uno en pos de la justicia.

Se buscan jueces en todas partes. Los abogados los buscan, los empleados los buscan, los funcionarios los buscan, los jueces los buscan, toda la ciudadanía los busca.

***

Esto toma como base “Se busca un niño” de Frank Crane, publicado en El libro de las virtudes para niños. El texto original se encuentra aquí. El término “jueces” incluye a “juezas” por supuesto.

6 comentarios sobre “Se buscan jueces

  1. Excelente aviso para un scouting tan importante. Me “cuelo” en tu entrada, para aportar esta idea en la misma línea: sería bueno, en mi opinión, divorciar las expresiones Poder Judicial y Justicia, como si por el solo hecho de integrar el Poder Judicial bastara para presumir que los jueces son virtuosos por la condición de ser tales. Tener conciencia de la diferencia, creo yo, suma al resultado final. Para explicar la idea, cito a Daniel Pastor, en su introducción a un librito suyo que se titula “Nolite iudicare – Temporada I”: *El Poder Judicial de un Estado constitucional y democrático de derecho no hace justicia y menos cruzadas por la justicia. La jurisdicción no es la justicia. Esta es una virtud de las personas y un valor que inspira también a las instituciones, pero es una exageración de la semántica emplearla como sinónimo de Poder Judicial. La jurisdicción es una función pública más, la dispuesta para resolver controversias judiciales según una interpretación normativa plausible para aplicar a los hechos legalmente probados. Una violencia que debe ser administrada con toda moderación por su proverbial dificultad para ser aplicada con autoridad moral irrecusable. Un oficio que tiene que ser cumplido con respeto real y amplia comprensión por las personas involucradas y sus intereses legítimos. Una actuación que tiene que resistir esa tendencia —lo enseña la historia— la lleva a degenerar fácilmente en abuso, indolencia y arbitrariedad*

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