Hoy ningún crimen escapa a la jurisdicción de los Estados (ponéle). Pero hubo una época en la que esto no era así. Curiosamente, es 1883 el año de un curioso caso que descubrí hace poco, casi al mismo tiempo que la serie homónima en Netflix.
“Lo salvó la campana” se dice en el boxeo cuando un púgil está, por decirlo así, en una situación muy comprometida. Este caso está bien titularlo “Salvados por el jurado”. ¿Lo vemos?
En un juicio por jurados… ¿el principio de amplitud probatoria hace regir el “todo vale” al admitir las pruebas? ¿Si se excluyeron testigos sobre “X” hecho, puedo hablar de ese hecho alegremente en los alegatos? De eso (y mucho más) se trató el caso Suárez…
Agustín Eugenio Acuña 