5 comentarios sobre “Minimalismo para todos

  1. Brillantes consejos. Utiles para mundos que exceden del forense, incluso.
    Aunque no puede dudarse que el minimalismo que el decálogo de Atienza promueve tiene, como los defectos que procura erradicar, matriz estilística, estética; pero entreveo que en el enraizamiento de tales vicios hay algo que va más allá de lo formal.
    Aludo a que, en buena medida, son consecuencia también de la inexistencia de convicción real respecto de que la jurisdicción (como «heterocomposición» de la controversia) y el proceso (como actividad para llegar a ella) funciones como herramientas para alcanzar los resultados debidos y esperables, todo lo cual provoca que jueces y abogados, en cierto grado, se perciben recíprocamente como adversarios. De allí, el modo de argumentar.
    Transcribo una referencia a CALAMANDREI que leí en un prólogo escrito por BULIT GOÑI. Hablaba CALAMANDREI, dice el prólogo, todavía impactado por su reciente experiencia procesal en Inglaterra, y destacaba cómo en la apariencia de las formas del proceso inglés se destacaban la solemnidad y el ritualismo, mientras que en la realidad de los hechos y en la sustancia prevalecían la simplicidad, la confianza recíproca entre los protagonistas, la buena fe, la fe del hombre en el hombre, el respeto; y, continúa BULIT GOÑI, diciendo que CALAMADREI contrastaba tales dones con los caracteres del procedimiento en Italia fundado en la desconfianza.
    A esto aludo: desconfianza entre jueces y abogados, entre abogados y partes, entre abogados y abogados, entre jueces de diferentes instancias, y un largo etcétera.

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    1. ¿Y cómo no desconfiar? Hasta la ciudadanía desconfía. El Poder Judicial tiene un 80% de imagen negativa. Mittermaier al igual que Calamandrei destaca esa simplicidad inglesa. Deberíamos imitarla más. Eso sí, hay que aprender que jueces y abogados no son adversarios. Sin embargo, cuesta.

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