El jurado, la ouija y el secreto

La regla del secreto de las deliberaciones del jurado es fundamental. El temita (como con toda norma) es que a veces la gente la agarra para el lado de los tomates. Y eso pasó en el caso “R. v. Young” de 1995 que involucra un jurado, la regla y una ouija. ¿Lo vemos?

1994. Inglaterra. El bróker de seguros Stephen Young es encontrado culpable del asesinato de Harry y Nicola Fuller.

Un año antes habían encontrado baleados a la pareja. El investigador principal del caso, Graham Hill, creyó que con la condena de Young todo había terminado. Por supuesto, se equivocaba.

El extinto periódico “sensacionalista” News of the World destapó la olla. No había habido deliberación alguna, ni franca ni robusta ni de ningún tipo entre los jurados, sino la consulta a una ouija.

Digresión. ¿Qué demonios es una ouija? O una “güija” según recomienda la RAE (me estoy enterando, qué espanto) es un tablero de madera con alfabeto y números con el que supuestamente uno se contacta con espíritus que no pertenecen a nuestro plano (sí, no es joda, eso es).

Volvamos al caso. ¿Qué había pasado? Un pequeño grupo de jurados no tuvieron mejor idea que sentarse cual adolescentes alrededor de la ouija y preguntarle al espíritu del Sr. Fuller quién lo había matado.

Obvio, el Sr. Harry Fuller identificó a Stephen Young como su asesino e incluso indicó la forma, baleado. ¿La frutilla del postre? Les sugirió que mañana votasen “culpable”. El grupito no le contó a los otros lo que habían hecho.

¿Y qué pasó? Obvio, todo el lío escaló a la corte de apelaciones. Básicamente, la regla del secreto quedó a salvo: no aplica cuando se consulta una tabla ouija, como dijo el Fiscal General.

Eso permitió una investigación sobre los eventos del hotel donde se hospedó el jurado durante las “deliberaciones” que, obviamente no eran tales. He allí la razón por la cual la investigación no violó la regla del secreto.

¿Y qué fue de Stephen Young? Lo volvieron a juzgar con otro jurado y lo encontraron culpable nuevamente (claro está, esta vez sin tabla ouija alguna).

El padre de Nicola Fuller dijo que los jurados se habían tomado como una completa broma la muerte de su hija. Y tenía razón. Definitivamente ese grupo de jurados no estuvo a la altura.

Of course, esto es excepcional. La abrumadora mayoría de los jurados se toman su trabajo en serio, deliberan en forma franca y robusta y brindan veredictos razonables.

¿Más de este caso? Hay un libro de Jeremy Gans (acá un link donde habla sobre el tema) que no leí pero que descubrí luego de leer este libro donde citan el caso al tratar la regla del secreto.

Y acá les dejo otro link de una nota sobre el caso, en 2018. Aquí lo citan y comentan brevemente también.

Sí, esto fue un hilo el 25/05/25.

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