Una cuestión de jurisdicciones: 1883

Hoy ningún crimen escapa a la jurisdicción de los Estados (ponéle). Pero hubo una época en la que esto no era así. Curiosamente, es 1883 el año de un curioso caso que descubrí hace poco, casi al mismo tiempo que la serie homónima en Netflix.

1881. Crow Dog, un nativo americano, no tiene mejor idea que asesinar a Spotted Tail, un Jefe de la tribu Brulé Lakota. ¿El detalle? Lo hace en territorio de la tribu sioux.

¿Qué le pasó? Pues fue acusado ante un Gran Jurado, llevado a juicio y condenado por su repudiable accionar. Obvio, todo gracias a un jurado formado íntegramente por hombres blancos.

¿Su pena? La fijó el juez, por supuesto, otro hombre blanco. Lo condenó a muerte. Cualquier abogado en este punto estaría despidiéndose de su cliente.

Sin embargo, no fue el caso del bueno de Crow Dog. La Nación Lakota había firmado con el Gobierno de Estados Unidos el Tratado de Fort Laramie de 1868.

¿Y con eso qué? Podríamos preguntar. Pues mucho. La defensa de Crow Dog fue: “Todo bien con los hombres, blancos, pero el delito lo hice en territorio de la Nación Lakota, por ende, ustedes no me pueden juzgar a mí”.

Aunque no lo crean, el caso llegó a la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos. Y aunque no lo crean, el tribunal EN 1883 reconoció que una corte federal no tenía derecho a ejercer jurisdicción en el caso.

¿Cómo terminó todo? Crow Dog pasó de condenado a hombre libre, enfrentó la justicia tribal y se sintió mucho más importante que cualquiera de los jefes de su tribu. Eso sí, el resultado fue otro homicidio: Spotted Tail Junior asesinó a White Thunder.

Obviamente, esto así no podía seguir, así que el Congreso se puso a laburar y sacó la Ley de Delitos Graves en 1885 para barrer la jurisdicción tribal.

¿La fuente de todo esto? Este librazo, de la gran colección de Editorial Ad-Hoc.

Sí, esto fue un hilo el 27/04/25.

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