Absurdo total

Algunas malas prácticas llegan a un absurdo total y quedan evidenciadas (solo) de vez en cuando.

Cortesía de ChatGPT by DALL·E

Cada jurisdicción tiene sus mañas. Descubrí muchas cuando pasé de litigar del Centro Judicial Capital al Centro Judicial Concepción. Sin embargo, siempre hubo dentro de las mañas, malas prácticas o costumbres inveteradas (palabra espantosa, por cierto), algunas que llegaron al absurdo total.

El tema es que muchas veces cuando nos topamos con esas malas prácticas que llegan al absurdo total, lo primero que hacemos es no creerlas. Luego, cuando las creemos, constatamos si existe algún viso de razonabilidad que se nos haya pasado para eliminar el carácter de absurdo. Cuando nos damos por vencidos y no descubrimos ese viso de razonabilidad, intentamos razonar/dialogar con el interlocutor de turno responsable de la mala práctica (llámese empleado, funcionario o juez), a ver si nos ilumina con un brillante razonamiento que se nos haya pasado. Agotados, cuando vemos que el diálogo intentado sería más fructífero si se lo intentase con la pared, hacemos lo que deberíamos haber hecho desde un principio (y cada vez hago más): a realizar el recurso en el cual exponemos, con mucho respeto (la verdad, no siempre), el absurdo total que contiene la resolución, que expone la mala práctica desde hace años. De vez en cuando y de cuando en vez, hay una luz al final del túnel, un buen samaritano se apiada del litigante, le concede la razón y puede seguir el arduo camino.

Todo eso me pasó en mi segundo año en Concepción en un caso que cuando lo comentaba a otros colegas no lo podían creer. Era un caso de daños y perjuicios que, previsiblemente no pudimos acordar en mediación. Agarré el acta de cierre sin acuerdo, la acompañé al expediente y pedí que se proveyera la demanda. Grande (no, enorme) fue la sorpresa cuando el juez me sacó un previo. Más grande (no, enorme) fue la sorpresa cuando leí que ese previo consistía en enviar un oficio al Centro de Mediación Judicial para que informase el resultado de la mediación (sí, así como se lee, el resultado de la mediación que había sido acreditado con el acta que yo había acompañado).

Gracias a Dios que existen los recursos y la cámara, que puso todo en su lugar. Lo malo es que perdí tiempo. Lo bueno es que nunca más en la vida tuve un hecho similar en ese juzgado. Es que el absurdo total en algún momento se corta.

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