Dije que Alfredo Colmo se merecía que le dedicase un texto. Me equivoqué. Merece varios. En su obra póstuma, La Justicia (1957), que, insólitamente, tiene una notoria actualidad, se dedicó al curioso lenguaje de los abogados. ¿Lo vemos?
Dije que Alfredo Colmo se merecía que le dedicase un texto. Me equivoqué. Merece varios. En su obra póstuma, La Justicia (1957), que, insólitamente, tiene una notoria actualidad, se dedicó al curioso lenguaje de los abogados. ¿Lo vemos?