Burocracia judicial

Si hay algo que detesto, no solo en mi trabajo, sino en mi vida diaria, es la burocracia. Pero la burocracia no entendida como la entendía Max Weber, que es el cuerpo profesional de funcionarios y empleados que hacen que el Estado ande y la mar en coche. No, la burocracia entendida en el mal sentido, en el sentido peyorativo de que la máquina de impedir, la empleada pública al estilo de Gasalla, los requisitos absurdos, las prácticas sin sentido, todo eso. Y sí, de eso va la entrada, pero centrada en lo judicial, obvio.