Cuando pasé por la facultad me enseñaron en procesal que, en realidad, la “recusación sin causa” no existe. “Siempre tenés causa, lo que pasa es que no la decís, no la exteriorizás”. Me quedó grabado. El hilo de hoy es para defender su uso (ojo, no abuso).
Esta entrada vuelve a uno de mis temas favoritos: el juicio por jurados. Intentaré convencerlo de por qué usted es un juradista, incluso aunque no se haya dado cuenta.
¿Anticipatorio? Sí, así como lo leen. Uno intenta hacer más fáciles las cosas para todos, pero a veces los jueces se complican solos.
¿Cuántas chances existen para el postulante que pretende ser juez o camarista nacional o federal? Para muchos esa sería la pregunta del millón. ¿Hay algún consejo que pueda darse para pasar a integrar “tan selecto grupo” (!)?
¿Qué problema tenemos con perder los abogados? Sí, parece tonta la pregunta, pero no es menor. ¿La vemos?
Agustín Eugenio Acuña 