Undécima entrada que dedico a un caso de mi paso por el Equipo Operativo de Ejecución (2019-2021). Y es sobre esas cosas que hacemos sin saber que son imposibles de lograr.

Recusar a un juez penal es una misión imposible. Sin embargo, eso lo sé hoy, no cuando litigaba en penal.
Entonces, cuando me llegó el legajo de un condenando condicional, con un decreto de la jueza que le avisaba al fiscal del “incumplimiento” a una regla de conducta, no me costó nada recusarla por prejuzgar.
¿Cómo íbamos a ir a una audiencia pedida por el fiscal a debatir la revocación de la condicionalidad de la pena por incumplimiento de las reglas de conducta si la jueza le había avisado a una de las partes que las incumplió? Insólito.
Más insólito fue que los jueces hicieron lugar a mi recusación, una de varias que terminaron de romper una mala praxis judicial. En buena hora. Misión imposible completada.