Lo bueno, si breve, dos veces bueno

¿Por qué los abogados somos largueros, vuelteros y complicados para escribir? No sé. ¿Y por qué los jueces se acostumbraron a hacer sentencias extremadamente largas, kilométricas que, en general, nada dicen? ¿Por el copy and paste?

El tema de cómo escribimos escritos o sentencias los del gremio jurídico es inagotable. Pero por ejemplo Binder lo vincula con la discrecionalidad y el sistema de la libre o íntima convicción en las pruebas.

Básicamente dice: “che, libre o íntima convicción no significó que los jueces puedan hacer lo que se les venga en gana”.

Y de ahí mete el sablazo: nuestras sentencias solo tienen falsas motivaciones (sí, directo el maestro Binder).

¿Cómo hacer sentencias con motivaciones falsas? Es sencillo y más en el tiempo en el que vivimos. No tiene nada más que generar cientos de páginas y páginas que no digan nada.

El gran aliado para hacer páginas y páginas de nada en las sentencias son las maravillosas citas, por supuesto impertinentes, que no tengan nada que ver una con otra e incluso que se contradigan entre sí.

Pero las citas y la extensión no son suficientes para armar una sentencia que no se entienda nada. Todavía tiene que armar todo con párrafos bien extensos, casi interminables.

Of course, no se olviden de meter la falsa erudición por ahí, para que los párrafos extensos, sean, además, indigestos al extremo.

La receta que nos da el maestro Binder para armar una sentencia con falsa motivación: cientos de páginas + no decir nada + citas impertinentes + falsa erudición + párrafos extensos e indigestos.

La realidad es que, como bien decía un viejo juez (muy moroso para sacar sus sentencias, debo decir): “lo bueno, si breve, dos veces bueno” (y sí, es difícil). Me estoy enterando que lo dijo Baltasar Gracián, ja.

Sí, esto fue un hilo el 27/07/25.

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