Una gran satisfacción tuve cuando recordé que en mi entrevista en el Consejo Asesor de la Magistratura dije “se puede hacer esto” y tiempo después, ya en el cargo, lo pude llevar a la práctica.
La grieta entre la teoría y la práctica es, creo, más grande que la grieta que atraviesa la política en nuestro país. Los anglosajones tienen una linda frase que condena la misma idea: “Law in books, Law in action”, como recordé por acá.
En mi entrevista ante el Consejo Asesor de la Magistratura para defensor oficial, recuerdo, como si fuese ayer, cuando explicaba sobre las medidas para asegurar el cumplimiento del artículo 553 del Código Civil y Comercial. Defendía la creatividad y las alternativas que podíamos plantear como abogados, siempre acompañados de los clientes, por supuesto. Pero una cosa es hablar y otra es hacer. La realidad siempre es más complicada que la teoría.
Tuve la oportunidad de plantear, como medida para asegurar el cumplimiento (entre otras), el embargo y secuestro de un automóvil de un demandado por alimentos que, básicamente, no cumplía porque no se le daba la gana. Insólitamente la jueza de primera instancia me rechazó el secuestro. ¿Razones? Pues no entendía que era una medida no razonable, demasiado gravosa para el demandado.
Debo reconocer que me enojé con la resolución. Apelé el rechazo con un recurso en el que me preguntaba si la jueza esperaba que una medida razonable no sería invitar a tomar el té al demandado y pedirle que cumpliese con los alimentos adeudados.
Convencí a la cámara y así ordenó el secuestro del automotor, además de otra medida para intentar que el padre se entere del padecimiento de su hijo. Personalmente tuve la satisfacción de decirme a mí mismo que allá a lo lejos dije que se podía hacer tal cosa y luego, haberla hecho. Para mí, no es poco.
Agustín Eugenio Acuña 
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