¿La justicia es tan mala, oscura y demás epítetos que se nos ocurren? ¿O solo es mala prensa? Un paseo por varios casos icónicos sin resolver es lo que planteo en la entrada, para que juzgue el lector.
Esto no es Cold Case y lejos está de serlo, porque la realidad es que, a diferencia de la serie, los casos nunca se resolvieron. Se cerraron, se archivaron, se pusieron debajo de una alfombra, en un armario o vaya a saber uno dónde quedaron. La lista es arbitraria, no tiene criterio alguno, más allá de que se encuentre cruzada por mi consumo cultural de libros o series y ordenada cronológicamente.
1. El robo al Museo de Bellas Artes
26/12/80. Hasta hace poco no tenía ni idea de este caso, ocurrido en plena dictadura militar. Esta vez los ladrones se llevaron un botín artístico valuado en la friolera de 20 millones de dólares. ¿Qué cosas se robaron? Pues, para que se haga una idea, se llevaron obras de pintores famosísimos, como Matisse, Gauguin, Degas, Rodin, Renoir y Cézanne. Una locura. Cualquier amante del arte observa la lista y llora. Obviamente, el caso no se resolvió jamás, aunque se recuperaron tres obras (Infobae, 25/12/20). Tengo pendiente leer el libro Golpe en el museo de Imanol Subiela Salvo que recorre el caso en estilo policial, de acuerdo a la prensa (Página 12, 04/02/24).
2. El robo de las manos de Perón
29/06/87. En un caso icónico, tan solo 13 años luego de la muerte del ex presidente, desconocidos ingresaron al cementerio de la Chacarita, le cortaron sus manos y se las llevaron. La profanación del cadáver no quedó allí, sino que luego intentaron cobrar un por su devolución. El entonces juez Jaime Far Suau, que estaba a cargo de la investigación, terminaría muriendo en un extraño accidente de tránsito. Todo el caso siempre es revisitado por la prensa cada cierto tiempo, como por ejemplo en Infobae (22/11/21, 29/06/22 y 29/06/23). Si les interesa el caso, hay un libro muy detallado que incluye todas las teorías al respecto, Logia Propaganda Due y Licio Gelli incluidos, que se llama La segunda muerte, de David Cox y Damián Nabot.
3. La desaparición de Julio López
18/09/06. Este es otro caso estremecedor. Jorge Julio López fue considerado “el primer desaparecido en democracia”, luego de que testificara en contra de Miguel Etchecolatz por delitos de lesa humanidad. Hace poco los hijos pidieron que analicen unos restos hallados en La Plata (Infobae, 22/02/24). Sin embargo, las desapariciones de personas en democracia en nuestro país es un fenómeno mucho más amplio, que descubrí con un gran libro, Desaparecidos y desaparecidas en la Argentina contemporánea de Ximena Tordini, que incluye un capítulo con críticas constructivas a cómo la justicia encara estos casos.
4. El caso Nisman
18/01/15. La muerte del fiscal Alberto Nisman cumplirá diez años dentro de poco. Todo lo que involucró su caso fue cinematográfico, trágico, amateur, profesional, contradictorio, sospechoso y agregue usted otro adjetivo, seguro que no va a desentonar. Se hizo una serie documental de Netflix, Nisman: El fiscal, la presidenta y el espía que tuvo un montón de repercusiones. Y por si no recuerda, hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación intervino para indicar que la competencia era federal. Sin embargo, la causa sigue dando vueltas. Mientras tanto, como se dice, “el tiempo que pasa es la verdad que huye”.
5. El homicidio de “Poli” Armentano
20/04/94. Leopoldo «Poli» Armentano es baleado en la oscura noche porteña. Morirá dos días después. De este homicidio se volvió a hablar porque la serie Coppola, el representante le dedica un capítulo. El juez que tenía la causa a cargo en un primer momento, Francisco Trovato, terminó siendo destituido por el Senado de la Nación en 1997. ¿El motivo? Aceptó un vestidor de U$S 19.000 como coima para cerrar un caso por la muerte de una niña que cayó por el hueco de un ascensor. No contento con eso, el muchacho se fugó y lo agarraron en Brasil. Lo condenaron por cohecho agravado y pasó tras las rejas dos años y medio hasta que salió por buena conducta. La causa de “Poli” pasó por muchos jueces hasta que terminó prescribiendo en 2006.
Agustín Eugenio Acuña 