El día que la corte citó al ladrón de los dientes de Belgrano

¿Sabían que la Corte Suprema de Justicia de la Nación cita a uno de los ladrones de los dientes de Manuel Belgrano en uno de sus casos más famosos? Sale una entrada que une derecho con historia, curiosidades y datos (obviamente) inútiles, como me decía un amigo.

Primero, el caso. Todos los estudiantes de derecho conocen el famosísimo caso «Siri» de 1957, donde la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) «crea» el amparo. Ante la ausencia de ley, con un habeas corpus que no era tal, nos regala una de las citas más lindas de su jurisprudencia (para mí)…

Es más, la cita es tan linda que la CSJN la siguió usando, pero ya haciéndola una autocita, pues se refiere al fallo y no al autor (no recuerdo donde leí esto).

El autor era Joaquín V. González, quien supo ser el riojano más famoso en algún momento seguro. Gobernador de su provincia, ministro de la nación, diputado nacional, escritor y un largo etc. En ese etcétera también fue insólitamente el «ladrón de los dientes de Belgrano».

De «Siri» en 1957 vamos a 1902 con la decisión del gobierno de Julio Argentino Roca de erigirle (hacerle) un mausoleo a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano (también conocido como Belgrano a secas). Obviamente, primero había que exhumar los restos…

Ahí estaba González, como ministro del interior, junto a Pablo Ricchieri, ministro de guerra y demás miembros de la ilustre comisión (porque acá en Argentina se arma una comisión para todo, ¿vio?).

Vaya uno a saber lo que se le pasó por la cabeza al hombre, que decidió guardarse como souvenir algunas piezas dentarias del ilustre prócer. Hay que ser justos, pues Ricchieri también se guardó algunos. ¿El escribano de gobierno? Omitió dejar constancia en el acta por supuesto.

Todo se destapó gracias al Diario La Prensa, que pidió sin empacho: “Que devuelvan esos dientes al patriota que menos comió en su gloriosa vida con los dineros de la Nación”.

Parece que todavía nos escandalizábamos por cosas como estas y los dientes fueron devueltos por los «ministros odontólogos» que creo que continuaron sus vidas sin nada más que ¿la vergüenza? por el papelón.

En definitiva, quizás de ahora en adelante, cuando lea la famosa frase cortesana, pueda dibujarse en su rostro una sonrisa al recordar una de las facetas menos conocidas del ilustre Joaquín V. González.

Dejo el fallo Siri, acá. Y el expediente completo acá. En cuanto a la anécdota histórica, se la leí a Felipe Pigna acá. Infobae también relató el episodio, aquí.

Sí, esto fue un hilo el 04/12/22.

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