Los casos de O. J. Simpson y Sally Clark

El año pasado leí “El azar y la vida cotidiana”, de un comprovinciano genial (pues en Tucumán abundan, debo decir) como lo es Alberto Rojo, físico y músico. Aunque no lo crean, saqué algo para el derecho y el litigio. Atención fiscales y defensores…

En el caso de O. J. Simpson (si no vieron la serie de American Crime Story, véanla por favor), la fiscalía argumentó: “Simpson la golpeaba y los golpeadores suelen llegar al asesinato”. Un argumento al parecer sólido pero…

Del otro lado estaba Alan Dershowitz, que contestó con un argumento estadístico demoledor que convenció al jurado: “Solo 1 de cada 2500 de las mujeres abusadas fueron asesinadas luego por sus abusadores”.

Maravilloso, pero no, eso es un “estaticidio” según el matemático John Allen Paulos. ¿Un qué? Un argumento estadístico falaz. ¿Cómo?

El problema se encaró al revés. ¿Cuál era la información disponible? Pues que Nicole Simpson había sido asesinada. ¿Cuál es la probabilidad de que haya sido víctima de su abusador? Esa era la pregunta correcta que debía hacerse.

Ahí la cosa cambiaba dramáticamente: el 90% de las mujeres asesinadas en Estados Unidos son víctimas de su abusador. Wow. Este tipo de errores se bautizaron por William Thomson y Edward Schumann como “la falacia del fiscal” o “la falacia del defensor”.

Y aquí vamos por los fiscales, pues la falacia en su honor consiste en el error de inversión al juzgar probabilidades en casos jurídicos (sí, eso existe), además del innegable hecho que se popularizó más por ese nombre, je.

Inglaterra. 1988. Sally Clark es acusada de matar a sus dos bebés, uno a las 11 semanas y el otro a las 8 semanas de vida (sí, un caso horroroso). ¿Qué argumentó la defensa? Pues que ambos niños habían sufrido de muerte súbita.

La réplica del fiscal: “eso es estadísticamente muy improbable, pues la proporción de bebés que mueren de muerte súbita es de 1 en 8500, de modo que la probabilidad de que ocurran dos muertes sucesivas es de 1 en 73 millones”. Y salió condena nomás para Sally.

2001. La Royal Statistical Society expresó que eso constituía una «falacia del fiscal». Las muertes súbitas no son necesariamente independientes: si el primer hijo muere de muerte súbita, la probabilidad de que el siguiente muera por la misma causa puede ser considerable.

¿Entonces? El caso se complicó, pero finalmente Sally Clark fue liberada en 2003. De esta forma, las probabilidades estadísticas le terminaron jugando a favor. Lamentablemente, 4 años después se suicidó.

Si les interesa saber más de la falacia del fiscal (y no le temen a los números y demás cosas de las matemáticas), les dejo este link.

Si les interesa más del caso de Sally Clark, acá les dejo un link extranjero y otro en el que lo explica nuestro querido Adrián Paenza.

Si el tema de azar les llamó la atención como a mí, les dejo este hilo en el que lo mezclé con el derecho.

Sí, esto fue un hilo el 25/06/23.

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