Curiosidades electorales históricas

No me explico cómo llegó ahí, pero en mi biblioteca tengo el Nº 197 de la revista TODO ES HISTORIA. Es un número especial que sacaron para octubre de 1983. Así, la entrada es un paseo que mezcla derecho, historia y curiosidades, obvio.

La revista repasa la época en donde se abogaba por un sufragio calificado, ya sea por saber leer y escribir o por no tener profesión o fortuna. Se cita a Salustiano Zavalía, Esteban Echeverría y a Juan Bautista Alberdi como los partidarios de esta posición. El tucumano la resume en dos párrafos:

«La ignoracia no discierne, busca un tribuno y toma un tirano. La miseria no delibera, se vende. Alejar el sufragio de manos de la ignorancia y de la indigencia es asegurar la pureza y acierto de su ejercicio».

«La inteligencia y la fortuna en cierto grado no son condiciones que excluyan la universalidad del sufragio, desde que ellas son asequibles para todos mediante la educación y la industria».

La ley electoral siempre fue motivo de debate. Por ejemplo, la posición de Salustiano Zavalía con su sufragio calificado en 1857 pierde 17 a 1. Y ya en 1902, Joaquín V. González resumió la importancia de la cuestión electoral y su relación con nuestro sistema de gobierno:

«La ley electoral es la base de la existencia de la Constitución; es la vida misma del régimen representativo republicano que hemos dictado».

¿Vamos a los fraudes electorales que repasa la revista? Arranquemos con Mitre y Sarmiento, los “precursores del fraude moderno” según la publicación. Así explicaba el sanjuanino, muy suelto de cuerpo, cómo ganaron la elección de 1857:

“Nuestra base de operaciones ha consistido en la audacia y el terror que, empleados hábilmente han dado este resultado admirable e inesperado. Establecimos en varios puntos depósitos de armas y encarcelamos como unos veinte extranjeros complicados en una supuesta conspiración; algunas bandas de soldados armados recorrían de noche las calles de la ciudad, acuchillando y persiguiendo a los mazorqueros; en fin: fue tal el terror que sembramos entre toda esta gente con estos y otros medios, que el día 29 triunfamos sin oposición”.

La revista cuenta cómo Julio Argentino Roca montó una “máquina” electoral en las palabras de Miguel Ángel Cárcano, con una cita extensa que incluye padrones amañados, despidos de empleados públicos, el rol de caudillos, jueces de paz y obvio, la lucha armada. La síntesis:

«Los recursos y formas de practicar el fraude son tan numerosos como variados. Dependen de la imaginación y cultura de los caudillos para que se realice de manera torpe o con técnica más inteligente».

Ya con el radicalismo en el poder “los que tenían más votos ganaban, aunque fueran enemigos del Presidente de la República”. Obvio, al final de la época yrigoyenista ya hubo síntomas de q la cosa iba mal, como cuando secuestraron a los fiscales demócratas, las urnas y alterar los resultados en Córdoba en 1930. El juez federal con la policía se encargó del hecho, que no impidió al Partido Demócrata ganar cuatro de las seis bancas de diputados nacionales.

Of course, la “Década Infame”, inaugura el ilustre “fraude patriótico” que incluía: vuelco de padrones, expulsión de fiscales, apretadas de la policía o de las bandas oficialistas, el encarcelamiento de opositores, los sufragios repetidos y todas las formas imaginables de fraude. Así lo recordaba un ilustre opositor:

Una curiosidad trae la revista, que es recordar lo que califica como “fraude legal”, triquiñuela alrededor del voto por circunscripciones, que consistía en dibujarlas de manera tal que se neutralizaban los votos opositores con los oficialistas. Así, a pesar de tener la misma cantidad de votos, se pasó de 44 a 12 legisladores opositores.

Tiempo después me enteré que la revista no dio en la tecla al hablar del origen norteamericano de esta práctica en un tal Jerry Mandry. En realidad era Elbridge Gerry, un gobernador cuya práctica creó el término “Gerrymandering”.

En el medio la revista dedica un artículo a “Las juntas de electores en las elecciones presidenciales”. Parece una rémora de otra época recordar el “Colegio Electoral”, pero estuvo vigente hasta antes de la reforma constitucional de 1994.

Siempre recuerdo que en Derecho Constitucional me enseñaron que la reforma de 1994 al eliminarlo, disminuyó el federalismo: desde entonces, los candidatos se concentran en las provincias más densamente pobladas (Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe) y se olvidan del resto. Acá un paper propone volver a instaurarlo, porque obvio, hay papers para todo.

La entrada tiene que terminar optimista con la democracia y más luego de un domingo electoral. Me parece que las palabras del director de la revista, dichas en 1983, pueden ser las adecuadas y se ajustan a la importancia de la ocasión:

Dejo este video con los resultados electorales 1868/2019 para los curiosos/nostálgicos/memoriosos/olvidadizos. Ahora habría que agregarle los de la elección de ayer.

Sí, esto fue un hilo el 19/11/23.

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